En este caso me di dos manos livianas, porque a pesar de ser un color divino, si lo aplicás muy cargado, se notan las pasadas, queda todo rayadito y no lo podés disimular con ningún top coat. Pero con tiempo y dedicación se puede lograr un buen acabado. Lo terminé con un transparente más que nada para el cuidado, porque el brillo que predomina es el dorado propio del color.
Luz de interior
Luz de día
Me recomendaron probarlo con un craquelado negro, así que la próxima voy a ver cómo queda de esa manera. ¿Les gustó?
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